Las almohadillas de perro son una parte importante de la anatomía canina. Están ubicadas en la parte inferior de las patas del perro, y su función es proteger las articulaciones y huesos de las patas, así como amortiguar el impacto cuando el perro corre o salta. Las almohadillas de perro también se conocen como "callos" o "callosidades".
Las almohadillas de perro están compuestas de tejido conjuntivo denso y graso, y están recubiertas de una capa de piel gruesa y resistente. Esta capa externa de piel se conoce como "correa digital", y está formada por una serie de láminas de piel que se superponen. La correa digital protege las almohadillas de la abrasión y el desgaste, y también las mantiene hidratadas y lubricadas.
Las almohadillas de perro se renuevan constantemente, y la capa externa de la piel se regenera cada 4-6 semanas. Sin embargo, las almohadillas pueden dañarse o desgastarse con el tiempo, especialmente si el perro corre mucho en superficies duras o si tiene problemas de piel. Los problemas de las almohadillas pueden manifestarse como descamación, enrojecimiento, picazón, sequedad o dolor. Si sospechas que tu perro tiene problemas con las almohadillas, consulta a tu veterinario.
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