El salmón es uno de los pescados más ricos en nutrientes que existen, y es especialmente rico en omega-3. Por esta razón, es una excelente opción para alimentar a nuestros perros. No obstante, debemos tener cuidado de no excedernos, ya que el salmón también contiene mercurio y otros elementos tóxicos que pueden ser dañinos para la salud de nuestros furry friends.
Afortunadamente, existen maneras de minimizar el riesgo de intoxicación y aún así proveer a nuestros perros de los beneficios del salmón. La clave está en conservar el pescado de la manera correcta. A continuación, te presentamos una guía paso a paso para que puedas conservar el salmón de la forma más segura y eficiente.
Lo primero que debes hacer es asegurarte de que el salmón que vas a comprar esté fresco. Si no estás seguro, no lo compres. Lo mejor es comprarlo directamente de un pescador local o en un mercado de pescado fresco. Otra opción es comprarlo enlatado, pero debes asegurarte de que el envase esté intacto y que la fecha de caducidad no haya pasado.
Una vez que tengas el salmón, lo siguiente que debes hacer es limpiarlo cuidadosamente. Retira todas las escamas y vísceras, y lávalo bien con agua fría. Si estás usando salmón fresco, también debes filetearlo. Si estás usando salmón enlatado, simplemente abre el envase y drena el aceite.
Una vez que el salmón esté limpio y fileteado, lo siguiente que debes hacer es cocinarlo. La cocción mata las bacterias y reduce el riesgo de intoxicación. Hay muchas formas de cocinar el salmón, pero la mejor forma de hacerlo es a la parrilla, al horno o a la plancha. No uses salsa de soya ni otros aderezos, ya que pueden contener sustancias tóxicas para los perros.
Una vez que el salmón esté cocinado, lo siguiente que debes hacer es envasarlo. Lo mejor es usar bolsas de congelación o recipientes herméticos. Si vas a usar bolsas de congelación, asegúrate de sacar todo el aire antes de cerrarlas. Si vas a usar recipientes herméticos, asegúrate de sellarlos bien. De esta forma, evitarás que el salmón se contamine.
Una vez que el salmón esté envasado, lo siguiente que debes hacer es congelarlo. Lo mejor es congelarlo en porciones individuales, de modo que puedas descongelar solo la cantidad que necesites en cada momento. De esta forma, evitarás que se ponga rancioso o que se contamine.
Por último, lo único que queda por hacer es servir el salmón a tu perro. Lo mejor es descongelarlo antes de servirlo, de modo que esté completamente cocido. Si lo sirves congelado, es posible que tu perro no lo coma todo. Si notas que tu perro no está comiendo el salmón con entusiasmo, agrégale un poco de agua o de caldo de pollo para que esté más sabroso.
Y eso es todo. Ahora que ya sabes cómo conservar el salmón de la forma correcta, ¡no olvides ponerlo en la dieta de tu perro!
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