Los perros tienen dos glándulas anales: la glándula de Cowper y la glándula de Merck. La primera se encuentra en la base del ano y secreta una sustancia pegajosa que lubrica el ano y el recto. La segunda glándula se encuentra en el lado derecho o izquierdo del ano y secreta una sustancia oleosa que se mezcla con las heces. Estas glándulas segregan una sustancia que ayuda a los perros a marcar su territorio.
Las glándulas anales se deben vaciar de forma regular para evitar que se tapen o se infecten. Si las glándulas se taponan, pueden ser dolorosas y causar inflamación. Si se infectan, pueden supurar y causar dolor. Es importante llevar a tu perro al veterinario si notas que está teniendo problemas para vaciar sus glándulas anales.
Para vaciar las glándulas anales de tu perro, puedes usar una jeringa o una bolsa de plástico con una boquilla estrecha. Lava bien las glándulas con agua tibia y jabón. Enjuágalas bien y sécalas. Aplica una pequeña cantidad de lubricante en la boquilla o la jeringa. Inserta la boquilla o la jeringa en el ano de tu perro y suelta la sustancia en las glándulas. Lava bien las glándulas con agua tibia y jabón. Enjuágalas bien y sécalas.
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