Los perros ciegos son aquellos que nacen sin visión o que, por diversas causas, pierden la vista en algún momento de su vida. Aunque parezca una discapacidad grave, los perros ciegos pueden llevar una vida normal y feliz, siempre y cuando reciban el cuidado y el entrenamiento adecuados. Los perros ciegos requieren de un cuidado especial, ya que deben aprender a moverse en un entorno que no pueden ver. Es importante que el hogar de un perro ciego esté libre de obstáculos, como mesas o sillas, que puedan impedirle el paso o provocarle una lesión. También se debe tener cuidado de no cambiar la disposición de los muebles de la casa, ya que el perro podría tropezar o perderse. Los perros ciegos deben ser entrenados para que puedan moverse por la casa y el patio de forma segura. Se les enseña a seguir una ruta fija utilizando una cuerda o una correa, y se les ayuda a evitar objetos peligrosos mediante el uso de barreras físicas o sonoras. También se les enseña a hacer sus necesidades en un lugar específico, como una alfombra o un césped, para que puedan ser recogidos fácilmente. Aunque los perros ciegos requieren de cuidado especial, no son animales enfermos. Pueden disfrutar de una vida plena y feliz, y son capaces de aprender y realizar muchas de las mismas actividades que los perros videntes.
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