Los repelentes ultrasónicos emiten una frecuencia de sonido que es imperceptible para el oído humano, pero que resulta muy molesta para los perros. Esta molestia hace que el perro no quiera estar cerca del dispositivo. Los repelentes ultrasónicos son un método eficaz para evitar que los perros hagan sus necesidades en lugares inapropiados, tales como jardines o aleros. No utilizan productos químicos, por lo que son seguros para el medio ambiente y para la salud de las personas y de los animales.
Los repelentes ultrasónicos para perros suelen tener un rango de acción de unos metros. Deben colocarse en la zona que se desea proteger, a una altura de unos pocos centímetros del suelo. Algunos modelos vienen equipados con un sensor de movimiento, que activa el dispositivo cuando detecta la presencia de un perro. Otros modelos se pueden dejar encendidos de forma continua.
Los repelentes ultrasónicos son seguros y eficaces, pero pueden tener algunas desventajas. En primer lugar, suelen ser más eficaces con algunas razas de perros que con otras. En segundo lugar, algunos perros pueden acostumbrarse a la frecuencia del sonido y dejar de ser molestos. Por último, los repelentes ultrasónicos pueden ser caros. No obstante, se trata de un método eficaz para evitar que los perros hagan sus necesidades en lugares inapropiados.
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